Mares, montañas, nubes y estrellas,
lunas de seis de la tarde,
soles de amanecer de cielos rojos.
Eso descubrí cuando empecé a amarte.
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Soy víctima del chapapote cerril
de las costumbres cerradas de este mundo
de los mundos costumbristas y conservistas
de las vidas anodinas que me hacen ser inmundo.
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Tu alma salvó la mía y te lo agradezco
el volver a respirar y ser más terco
por seguir en el planeta tuyo y mío-
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Y aunque nunca más me quieras como hiciste,
y aunque nada me disculpe mis despistes,
te debo la vida y por eso te sonrío.
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