11/9/17

NOMBRES (27/02/17)

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Me siento.  Y miro al cielo
y me invento los nombres de las estrellas
como cuando era niño y lo hacía, en el suelo,
con los muñecos, las canicas o las chapas de botella.
-
Me siento, ya sin pelo,
desprotegido por arriba de éstas y aquéllas,
y ando y me riño y se me enfría el celo,
y si es que peco, las formas ya no son bellas.
-
Presiento.  Y recelo.
Porque mi cuerpo cansado resuella
pero mi alma de niño escapa del velo
y sigue hablando a la Luna y mirando a las estrellas.

OLVIDO (24/02/17)

Llega el olvido y un pánico atroz
nos engancha por el cuello y nos cuelga del techo,
nos oprime el pecho con la primera coz,
sin saber muy bien si el miedo
es a olvidar
-------------- o a que nos olviden
a no recordar
---------------- o a no ser recuerdo
porque al fin, en fin,
sólo eso somos.
-
Llega el olvido y, como una hoz,
nos siega el cerebro y nos deja deshechos,
nos deshilacha, nos deja sin voz.
Y no sabemos si el miedo
es a llorar
------------ o a no despedirse
a no respirar
--------------- o a seguir despierto
porque en fin, al fin,
sólo así somos.


*Te dije que era para tí y para tí es, Bego.

LLUVIA DE BARRO (24/02/17)


Llueve, rojo, en el cielo de Febrero.
Sangra el cielo desde el Sur en este Norte cabrón
como siempre que sopla el viento fuerte,
como siempre aunque no sople.
Y se mueve y se conmueve el mundo
y vuelve a sangrar sin parar.
Llueve barro en "Ciudad-Desespero".
Viene la arena del desierto a recordarnos lo inmundo
del capital asesino, dinero color de muerte,
sople o no sople el viento, haga o no haga sol
y el cielo vuelve a sangrar.
Y el suelo es más rojo, de hierro,
y el pueblo, que no despierta,
se va sintiendo más fiero...
Pero el rumor de la lluvia,
Lluvia roja de febrero,
amortigua la fiereza, enfría rabia y pasión.
Quizás algún día, quién sabe,
el mismo cielo decida que ya no quiere sangrar,
y entonces... ¡Ay, entonces!

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VIAJES (24/02/17)

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Si se agota
el perfume que tu pelo deja en la almohada
me desoriento y me pierdo
entre la maleza de los días,
y me tumbo en las vías
a esperar.  Y estoy que muerdo.
Y la cabeza se infla y, como una granada
me explota.
Pero no hay derrota,
porque la lucha no puede estar igualada,
y aún así me siento un lerdo,
bobo, tonto.  Medianía.