Ha habido suerte.
El huracán que tus ojos desplegan
en tu parpadeo, saliendo de tus pestañas,
me ha llevado volando hasta tu cuerpo.
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Y si llega la muerte
y mi alma de mi cuerpo se despega
el haberme sumergido en tus entrañas
me servirá para vivir en el desierto.
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Y seré el más fuerte.
Porque donde las almas van se despliega
ante mis ojos en sus formas más extrañas
y no quiero estar allí sin tí, aunque es cierto
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Que sólo espero que entre mi tiempo
y el tuyo, precioso, eterno, limpio
haya mucho espacio o sea tarde
mejor tarde que pronto estar allí contigo.
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