Duele el pecho al respirar
al ver al mundo morirse
de hambre y pena a la vez
al verse lleno de rabia.
Rabia de gente en el paro
y gobiernos siempre en Babia.
Pena por ya ni tener
fuerza y tener que rendirse.
Hambre de tantos sin más
que morir sin encontrar
nada ni con qué nutrirse
por la avaricia asquerosa
de unos cuantos desalmados
que ordenan y que deciden
vida y muerte sin sonrojos
¡Que se les caigan los ojos!
¡Que mueran ellos, joder!
Y que nos dejen en paz.
¡Que el dinero no se come!
31/1/12
PECADO CAPITAL: LUJURIA (07/12/11)
Como un hambriento
te devoro con el alma, el cuerpo y los ojos
y me lleno de tí, de tu aliento
y me vacío al segundo y vuelvo a comer.
-
Como un sin talento
me declaro perdido. Perdido y envidioso
del aire de que eres el centro
y el verde deseo me vuelve a coger.
-
Como un violento
te tumbo en el lecho, te empujo, te arrojo
y salto al colchón, al mismo tiempo
y así tu cuerpo me vuelve a obedecer.
-
Como un gran soberbio
te miro, tumbada, y no dudo ni un poco
de todo aquello que siento:
Soy el mejor al poderte tener.
-
Como un somnoliento
me quedo en la cama contigo, no solo.
Y sólo despierto
si tu cuerpo o el mío deciden volver.
-
Como un usurero
me paro a mirarte por gusto de mis ojos
y no me arrepiento
de querer más de tí y de tu ser.
-
Pecador reincidiendo
al infierno me iré por cabrón lujurioso
y al rozarte siento
que algo (normal) en mi vuelve a crecer.
PECADO CAPITAL: ORGULLO (23/11/11)
Debería obligar a pedirme permiso
a todos aquellos que quieren mirarme
pues soy importante y nadie hay como yo
y creo de veras que sería preciso.
-
Tengo algo que nadie diría lo mismo
y el mundo, sin duda, debe admirarme
pues tengo su alma y su corazón.
¿Orgullo? Pues claro. Puro egocentrismo.
PECADO CAPITAL: PEREZA (09/11/11)
No me apetece seguir madrugando
ni afeitar mis barbas aún viendo al vecino.
No quiero salir de mi cama jamás...
si en ella estás tú durmiendo a mi lado.
-
No importa ni un poco pecar descansando,
oir las alarmas y seguir dormidos.
Arrullos y abrazos. Un ratito más...
Qué pereza da salir de tus brazos.
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