Recorro su cuerpo en sueños
y beso sus labios, y río
y en mi mundo, tan pequeño,
deliro y tiemblo de frío.
-
En silencio, estando solo
lo veo todo más negro.
Por eso hablo por los codos
para no quedarme ciego.
-
Y ¿qué quieres que te diga?
¿que ya no te quiero, es eso?
Eso no puedo, mi amiga.
Doy mi vida por tus besos.
-
Mi mundo pequeño está hecho
de escombreras y barrancos
donde tiro los desechos
de mi alma hecha pedazos.
-
Me siento mejor cuando sueño,
incluso a veces dormido,
con sus labios, con sus dedos,
pues despierto estoy perdido.
-
Y al llegar la primavera,
la primera mariposa,
mi boca sonríe entera
pensando en mi dulce rosa.
-
Ahora hace frío en invierno
y las estaciones llegan
justo a su hora, en su tiempo.
Ya no es siempre primavera.
-
Y me río de mi mismo
de la pena que me doy.
Por no llorar, con cinismo,
digo que es que así soy.
-
No quiero aguantar el ritmo
de mi mundo de miserias,
de mentales onanismos,
de besos sin ver las fieras.
-
Me voy, auque aquí mi cuerpo
quede guardándome espera.
Me voy, soñando, en sus besos.
Me voy ¡Adiós! ¡Muy buenas!
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