Miento.
Siempre y de manera profesional.
Porque es difícil vivir entre verdades,
poco práctico, poco funcional.
Y por eso hago trampas.
Por eso vivo en la mentira y mentir es mi alimento.
-
Miento.
A todas horas y me da igual.
Porque es difícil negar las obviedades:
soy elástico en cuanto a la verdad.
Y es por eso que campa
en lo privado, en la vida: O soy sincero o reviento.
-
Miento.
Ahora no. Lo haría mal.
Porque es difícil obviar las realidades
cuando la tinta empieza a despuntar.
Y por eso me espanta
escribir sin las bridas y a pecho descubierto.
Y ya no sé si miento.
O miento al decir que miento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario