Ignorante, olvidadizo,
sabedor de pocas cosas,
soy, sin embargo, creyente
-casi integrista, realmente-
en números y en sus normas
y bajo ellas me auspicio,
y aún siendo resbaladizo
el tema que aquí se glosa,
por tu risa, por quererte
-más que a nada, ten presente-
intento escribir de forma
que se evite un sacrificio:
el del tiempo, el de su oficio,
que es no parar. No reposa.
Pero tú, siempre de frente
-siempre orgullosa y valiente-
de su zapato la horma,
derrumbas sus edificios.
Y si diez años no es nada
pues pasan y ni te enteras
cuatro por nada, aunque quieran,
nada es. Y tú, mi hada,
cada día estás más bella,
más mujer, con más estrella,
y tu luz es mi esperanza.
Y de amarte me ilusiono.
Ya espero el nada por ocho.
*Nota: Entregado el 30/09/12 en la celebración del 37 cumpleaños de Almu por cuarto año consecutivo.
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