Me he perdido en tu laberinto
y estoy enredado en tu pelo
nadando en tus ojos
buscando una isla, cual náufrago
intentando que no me encuentren.
Si viene un barco, me escondo.
Y si es un avión, me entierro.
Porque así quiero seguir,
encadenado a tus brazos.
Sin retorno.
Sin salida.
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