Según llegas, a la izquierda,
tras el parque, junto al bar,
cerca de aquella escalera,
frente al banco (de sentar).
-
Frente a frente con la puerta.
No sabes si entrar o no entrar.
Sientes la calle y su fuerza.
Recuerdas, arriba, el sofá.
-
Por si acaso, quedas fuera:
No sea (raro, es verdad)
que caiga la casa entera
encima tuyo, sin más.
-
En la terraza te quedas
(quede claro, en la del bar)
tomándote una cerveza.
La casa puede esperar.
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