7/5/09

TERREMOTO (01/04/09)

Se abrió el suelo.
Las entrañas del planeta quemaron mi esperanza
con su lava de roca fundida, con su infierno,
como hornillo de herrero sin yunque ni maza.
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Fuera desvelos.
La maraña de su melena en la almohada,
de su mala costumbre de encender mi fuego,
me atornilla a un colchón y yo no hago nada.
-
Cuenta sin cero.
Si se ensaña y destroza mi templanza,
con su piel y su sal, su calor, bien eterno,
empiezo en el uno y el Sol me rechaza.
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Siempre le espero.
Ella rebaña los segundos de la madrugada,
limpia la herrumbre de un cuchillo ciego,
y yo me descoso en un mar de palabras.

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