Deshaciendo nudosque entrelazan vidas ajenas
y que atan salidas extremas
a falsas entradas sin fe.
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No te miento. Absurdo.
No me llaman tinas rellenas
de alcoholes falsos, de penas
sin más llamas que un porqué.
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Y me siento, rudo,
frunciendo el ceño en la guerra,
en batallas -ni una buena-
que matan sin mirar a quién.
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Sin querer madrugo
para aún ver la Luna llena
mientras Sol sale y me ciega
y arranca el tren otra vez.
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Y otra vez me aburro
de ver el poder de la fuerza
y de ver cómo se aleja
el sabor de hacerlo bien.
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Deshaciendo nudos
que me atan y me aprietan.
Qué dulces son esas cuerdas.
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Deshaciendo nudos.
Si tus besos son de piedra
mis labios musgo que se aferra.
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