Por fin llegó el invierno con su helada.
Por fin hace ya frío en la ciudad.
La gente, que camina abotargada
lo hace con más prisa y sin parar.
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La gente cierra ahora sus ventanas,
haciendo una caldera de su hogar.
Yo sé que mi problema es su mirada.
Su aliento sólo enfría, no hace mal.
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Camino solo a gusto por la plaza.
El frío me devuelve el respirar.
Me gustan los inviernos con nevadas.
Me gusta la ciudad blanca. Y temblar.
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No hay frío porque en mí están las llamas,
mis ganas de vivir, de festejar,
me arde en mi interior y me da ganas
de inviernos bien helados, de tiritar.
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