Te fuiste como viniste.
Ni un ruido, ni una lágrima.
Sin estar siquiera triste.
Como pasandola página.
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Me has dejado sin alpiste,
enjaulado en esta sátira,
libreta y bolígrafo en ristre,
dibujándote con lástima.
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Lástima por mí y por mi alma
que se ha quedado bien sola
que no te tiene aquí cerca.
-
Pena por estar sin calma
al no verte ya en las olas
de esta vida corta e incierta.
-
Y, sin tú querer, te fuiste.
Nos dejaste, en un despiste.
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