Va la vida dando hostias y yo aquí sentado,
esperando a que me dé la que me toca,
tranquilo, calmado, quieto como una roca,
preparando cuerpo y cara para el golpe reservado.
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Va la vida dando hostias y yo aquí callado,
aguantando para ver si se desboca
de una vez la hostilidad, nerviosa, loca
y recibo de una vez lo que me tiene preparado.
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Va la vida dando hostias. Sólo espero
que el tiempo pase despacio y llegue tarde
porque cierto es que es segura su llegada.
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Va la vida dando hostias. Yo recelo
del silencio y me refugio mientras arde
el reloj en mi muñeca ya quemada.
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