Vuela sobre mi cabeza un reloj sin agujas,
y huye, como un rayo, la oportunidad.
Y mientras, sentadito, la dejo pasar
dejando en un cajón quietecita mi herencia.
-
Tengo la certeza de no tener paciencia,
de verla una vez y no verla más.
Y mientras, como un tonto, sin necesidad
me atonto aún más como por arte de brujas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario