No me hace falta más
que el aleteo de inicio de primavera
y empiezo a acelerar
sin freno. ¡Se acabó la espera!
-
Y renuncio a respirar
si no es en tu pelo, en tu estela.
No necesito más.
No espero. ¡Vamos afuera!
-
No ansío nada más
que el rebufo de tus pasos, tu cadera.
Te persigo sin pensar.
No pienso. ¡Oye!¡Espera!
-
Y el mundo puede explotar
y puede que hasta me muera
pero es que no quiero más
que amarte. ¡Ay!¡Que así sea!
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