No reparó en él. Jamás lo hizo.
Jamás le miró o le habló,
nunca le quiso.
-
No se fijó en él. Jamás, repito.
Jamás le escuchó o tocó,
nunca, ni a gritos.
-
Ahora él se ha vuelto cruel. Un asesino.
Ahora, al rugir el cañón
es enemigo.
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