7/2/16

DEMOCRACIA (20/03/15)

  Estaba como loco de contento.  Al fin había conseguido lo que tanto ansiaba.  Le había costado años pero ahora ya si, ahora había llegado la fecha tan esperada.  Al fin había llegado el momento de que se oyese lo que él pensaba, de mandar algo, de que alguien le hiciera caso.  Cogió una papeleta, la metió en un sobre y votó, loco de contento.  Por fin él, Rupert Müller, haría algo bueno por el mundo.  Por fin votaría por alguien que sirviese al pueblo.  Al fin y al cabo ¿cuántas veces más habría un candidato tan bueno como ese Hitler?

1 comentario:

Anónimo dijo...

buenisimo