Nos esconderemos en las grietas de sus zapatos
enganchando nuestras manos con la rabia del hambriento.
Emboscados -cual guerrilla- en el dibujo de sus botas.
-
Nos quedaremos como insectos agazapados,
como pulgas o piojos que esperan que llegue el momento.
Obviando -como locos- la posibilidad de derrota.
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Somos muchos. Muy pequeños. Siempre estamos olvidados.
Siempre somos los primeros en deslizar los lamentos.
No podrán pisarnos a todos. Aquí estoy. Soy una roca.
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