Siento que el mundo gira en una desidia constante,
que está cansado, abatido,
rendido de tanto rotar,
que se traslada, aburrido, por la inercia delirante
como el que echa la quiniela, como el que va a trabajar.
Siento que el mundo está harto,
hasta las mismas narices de tenerse que aguantar
siguiendo la elipse continua,
resiguiendo, circular,
la línea blanca en los libros, ni creciente ni menguante,
y encima de sí soportar
a nosotros, los humanos,
enfermando superficie, interior y alrededores.
"Estornudos y picores,
toses y fiebre y dolores.
A veces me dá por temblar.
Ganas tengo de pararme, de llevar la voz cantante
y decidir que ya está.
Y que le den a estos tontos.
¡Mira, un volcán!¡A potar!
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