Si me preguntas por qué no sabré contestarte.
No lo pienso. Simplemente.
Me refugio en mis papeles sin dejar nunca de amarte.
Me sumerjo a pulmón libre en tus labios y en tu carne.
Por instinto. Velozmente.
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Sin miedo a ser el que vive bajo el ritmo de tus artes.
En tu Atlántida bendita, mejor que cualquier otra parte.
Braceando torpemente.
Buceando, respirando.
-------------------------Ordenando mi desastre.
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