Devuélveme los planos de mi cerebro,
que no tengo ni idea de dónde escondes.
¿Cómo si no se explica lo que sucede?
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Devuélveme el mapa del pensamiento,
que tú guardas y si pregunto no respondes.
¿Cómo si no te explicas que no me entere?
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Devuélveme la guía del razonamiento,
que tú encierras por ahí, no sé dónde.
¿Cómo si no me explicas toda esta fiebre?
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Devuélveme esos libros, todos ellos
no sea que, de feliz, me hinche y explote.
¿Será, por extraño, peligroso como parece?
3 comentarios:
Hola Jose:
¡Ya estamos de vuelta por aquí! Después de unas felices vacaciones y un no tan feliz virus estomacal vuelvo a pasearme por internet y, ¡cómo no!, por tu blog. Veo que todo sigue bien, nuevas poesías y sigues enamorado. ¡Eso está bien! donde hay amor y salud lo hay todo.
Un abrazo, Jose
Bienvenido Fernando. Me alegro que hayas podido con ese virus estomacal. Que le den por el saco. Que aprendan a vivir sin joder a los demás (eso, quizás, es mucho pedir para un virus).
Un abrazo.
Pues sí, es lo que tienen los virus. Pero, también hay que saber perder; ¿conoces algún virus peor que el ser humano?
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