6/4/08

LIBERTAD DE EXPRESIÓN (08/02/08)

El resultado: El lógico.
Si es que se veía venir.
Andar mal es lo que tiene.
-
Un caso típico y tópico:
Si no quieren que esté aquí
estaré porque no quieren.
-
Y aquí me ves, encerrado
por ser libre y por ser yo,
por decidir por mí mismo.
-
Y seguiré, descarado,
con mi humilde rebelión.
No me cazará el cinismo.
-
No voy a bajar el ritmo.
No pienso bajar pistón.
Antes muerto que callado.
-
Si me quieren mudo, resisto.
Si piensan que resultó
¡AQUÍ DENTRO Y AÚN GRITANDO!

13 comentarios:

Fernando dijo...

Jose, ¡qué poder deben tener las palabras que tan a menudo se censuran o se tratan de silenciar!. A lo largo de la historia son infinitos los ejemplos de represión de aquellos cuyo único delito es expresar sus ideas y sentimientos. Ahora los mecanismos son mucho más sutiles, como cuando se apela a la "corrección política" (que es de lo más incorrecto e hipócrita) o a la salvaguarda de nuestros más altos valores. En este contexto el rock jamás habría tenido lugar.
Te incluyo un vínculo al discuro de Gabriel García Márquez en Zacatecas sobre el poder de la palabra y que fue muy polémico ("Botella al mar para el Dios de las palabras"). ¡Hay que tener huevos para meterse con la "h"!, ¡si lo llega a agarrar el difunto Lázaro Carreter lo cruje!. Una vez más habla un genio y solo nos quedamos con la anécdota.

http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/zacatecas/inauguracion/garcia_marquez.htm

Por lo demás, otro buen rato a las 8 de la mañana gracias a tí. ¡Eso demuestra el poder de las palabras!. Sigue mirando al infinito y vuelve para contarnos lo que ves. Un abrazo

JOSE dijo...

Gracias una vez más Fernando. La verdad que, de un maestro como Gabo, nada más podía esperarse. Sólo la gente como él puede decir eso y dejarte la duda. Yo que, como tú, supongo, crecí en la E.G.B. en la que la ortografía sí servía para algo y sí que se aprendía, me cuesta leer ese discurso sin soltar amarras de mis prejuicios, pero cierto es que, a veces, es envidiable la facilidad del inglés al menos en el aspecto de los acentos. Eso sí, en cuanto a pronunciación, y salvando la v y la b, la h y la j y la g, sigue ganando el castellano. El gallego y el catalán (mis padres bercianos me enseñaron el uno y mi nacimiento en Barcelona me enseñó el otro y sigo practicando ambos) también son sencillos,... pero no tanto. Claro que, por otro lado, quizás esto no es democrático, porque si no, a santo de qué, de 400 millones de hispanoparlantes sólo 40 millones dicen "patata" y el resto dice "papa" y, sin embargo, el modo culto es el primero. Hay cosas que no tienen sentido y que, a lo mejor, no tienen por qué tenerlo. En lo que sí estoy de acuerdo contigo es en lo de lo "políticamente correcto". Uno está ya hasta la altura de las ingles de tener que hablar y escribir con cuidado. Por eso mis oídos escuchan principalmente rock duro y punk. Por eso me gustan frases del tipo "la única iglesia que ilumina es la que arde", de Mägo de Oz; o "Fotos de un cajón/rondan mi cabeza/recuerdo tu olor/y se me pone tiesa" de Extremoduro. Esta mañana, en la crítica de TV de la Vanguardia, el crítico en cuestión hablaba de cómo se echa de menos al inefable "Sr. Barragán". Qué razón tenía este hombre. Está uno harto de escuchar bobochorreces y futilezas que ni te emocionan ni te enfadan. Y esto tiene un peligro: A la que salga alguno que diga barbaridades que conecten con la gente, por muy bárbaras que sean, por mucho que parafrasee a Goebbels, igual hasta se hace con la masa. Pero qué diablos, casi es mejor arriesgarse, que ya me pondré yo en el otro lado, copón.
Un abrazo.

Fernando dijo...

Jose, también yo comparto esos prejuicios ortográficos pero creo que no hay por qué tomarse el discurso de Gabo al pie de la letra. A veces conviene exagerar para enfatizar el mensaje, aunque se tiene el riesgo de no ser comprendido. Aplaudo que un verdadero genio de nuestra lengua concluya que por encima del lenguaje está la comunicación.¡Cuántas veces nos olvidamos de esto!
No comprendo las guerras culturales, donde los ignorantes se erigen en abanderados de tradiciones culturales que desconocen para despreciar las de otros, que también desconocen. Yo he recibido alguna burla por escuchar música en catalán, como si un madrileño no pudiera disfrutar de Lluís Llach o Serrat. ¡Qué estupidez!. Seguramente en Cataluña (por seguir con el ejemplo) pasan cosas parecidas. La idiotez no la monopoliza ningún pueblo, es común a todos.El cachondo de Mark Twain decía sobre el ser humano: "A mí no me importa a qué raza pertenece: si es blanco, negro o amarillo. Es un hombre y no puede haber nada peor".
Creo que conocer tres lenguas como tú es una verdadera suerte y contar con tanta diversidad cultural en la península un auténtico lujo. Se ve que hay gente que no piensa así, a todos ellos les une esta idea, lo que les separa es el color de la bandera que hondean,¡qué pena!.
Deacuerdo contigo: en el rock se encuentran poemas desgarradores, cantados con el lenguaje de la calle, porque es de donde salen esas joyas como "Sucede".
Respecto a la frase de Mago de Oz, vamos a tener cuidadín que a lo peor la escuchan unos cuantos, de esos que se afeitan la cabeza y con ella las ideas y se ponen a debatir en el único idioma que conocen: las hostias (casi siempre en proporción de 5 a 1). Resulta curioso lo mal que se toman algunos expresiones como esa de Mago de Oz y, sin embargo, cómo obvian otras mucho más peligrosas. Me remito al artículo de Fernando Savater: "La Laicidad Explicada a los Niños".

http://www.elpais.com/articulo/elpporopi/20051105elpepiopi_6/Tes

A nadie se le ha ocurrido censurar semejantes barbaridades contenidas en encíclicas.

En fín, un placer "comunicarme" contigo. Un abrazo

Fernando dijo...

Por cierto, hablando de faltas, al releer lo que te he escrito acabo de encontrar una barbaridad: Donde dije hondear quería decir ondear. Perdón y gracias a Gabo por su benevolencia. Un abrazo

JOSE dijo...

Las guerras culturales a las que haces mención existen. Por supuesto que existen. Pero lo cierto es que aquí, al menos, no hay gran problema. Fanáticos existen, pero los fanáticos independentistas suelen ser tranquilos. Sólo se "manifiestan". No suelen atacar a nadie a menos que vayan a por ellos. La verdad es que a veces dan penica con esas pintas hippys que tienen. Y suelen ser buena gente. La juventud, que es de los independentistas que te hablo, suele movilizarse "políticamente". Eso sí, la manía a Madrid suele ser enorme... hasta que van allí y se toman un pincho. Después la manía, al menos la manía, se va a tomar pol saco (con perdón). Quiero decir con todo esto que, en la calle, en la gente, todos esos problemas que se oyen en los medios desaparecen. Yo mismo, en mi trabajo, hablo catalán con catalanoparlantes y castellano con otros catalanoparlantes (por supuesto también con los castellanos). Y jamás he tenido ningún problema ni he oído de problemas de nadie de mi entorno en cuanto al idioma. No me fío de los periódicos. Los leo con atención, trato de fijarme, pero me da la impresión de que todo lo transforman en demasiado grandilocuente, acercándose cada vez más a la prensa deportiva o, lo que es peor, a la prensa gratuita inglesa. Por eso explico todo esto. Porque la realidad aquí, en Cataluña, no es la que se oye en los mentideros. Yo siempre he dicho que los catalanes son (somos) negociantes desde siempre, y que si hay que hablar en chino mandarín para hacer dinero (la pela es la pela), pues hablamos chino mandarín. O dicho de otra manera, lo que aquí hay es intereses políticos, intereses de poder de algunos. El pueblo, como siempre, pasamos de todo, nos tomamos las cervezas, los "calçots", el pà amb tomàquet y las patatas bravas y tratamos de vivir lo mejor posible o el millor posible. Cuando dices que escuchas a Llach o Serrat en catalán estás demostrando que tú eres de este tipo, que eres del modelo "mente abierta". Me alegro. Es el tipo de gente que necesita (necesitamos) en España, sea lo que sea España (nación de naciones, estado federal o mi abuela en bicicleta). Porque si la clase política sigue montándola como lo está haciendo, casi vale la pena hacerse francés.
Con respecto a las encíclicas que enumeraba Savater... la verdad, sin saber exactamente de ellas, podría haberlo imaginado. Todo lo que suena a nuevo les fastidia. Dentro de 500 años ya pedirán perdón, pero ahora les fastidia. Ellos quieren poder meterles mano a sus monaguillos y chupar del bote. Y luego si dices algo en contra de ellos (o dibujas a Mahoma, que lo mismo me dá que me da lo mismo), igual te queman en la hoguera. En fin, como diría algún personaje de Forges: "...PAÍS".
Un saludo de puño izquierdo en alto, que hoy ando algo soliviantado.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Fernando dijo...

Estoy de acuerdo contigo y creo que si nos tomáramos más pinchos juntos, tendríamos menos problemas. Es curioso, cuando más miedo he sentido en mi propio país ha sido en una época en la que casi todos los fines de semana unos energúmenos que se decían muy patriotas ostiaban a cualquiera que se cruzara con ellos (a menudo compatriotas suyos). Entonces era un adolescente de 16 años que iba a su rollo y no se metía con nadie (bueno, como ahora excepto en lo de los 16 años que...¡quién los pillara!), un día en el metro siete de estos valientes me hicieron pasar uno de los peores momentos de mi vida. Afortunadamente solo fue eso, un mal momento que se quedó en un mal recuerdo. Nunca le he dado más valor a los colores de una bandera que a las relaciones con la gente a la que se supone representa, pero desde entonces las banderas me dan un repelús...Siempre hay alguien dispuesto a abrirte la cabeza con el mástil.
Pues yo también voy a levantar el puño izquierdo, pero en este caso para brindar contigo con una cervecita virtual.¡A tu salud!.
...Y es que los bares unen lo que los políticos desunen, por mucho que le pese a "Ralloy". Abrazos

Fernando dijo...

Estoy de acuerdo contigo y creo que si nos tomáramos más pinchos juntos, tendríamos menos problemas. Es curioso, cuando más miedo he sentido en mi propio país ha sido en una época en la que casi todos los fines de semana unos energúmenos que se decían muy patriotas ostiaban a cualquiera que se cruzara con ellos (a menudo compatriotas suyos). Entonces era un adolescente de 16 años que iba a su rollo y no se metía con nadie (bueno, como ahora excepto en lo de los 16 años que...¡quién los pillara!), un día en el metro siete de estos valientes me hicieron pasar uno de los peores momentos de mi vida. Afortunadamente solo fue eso, un mal momento que se quedó en un mal recuerdo. Nunca le he dado más valor a los colores de una bandera que a las relaciones con la gente a la que se supone representa, pero desde entonces las banderas me dan un repelús...Siempre hay alguien dispuesto a abrirte la cabeza con el mástil.
Pues yo también voy a levantar el puño izquierdo, pero en este caso para brindar contigo con una cervecita virtual.¡A tu salud!.
...Y es que los bares unen lo que los políticos desunen, por mucho que le pese a "Ralloy". Abrazos

SAFE dijo...

Disculpad que me meta en este debate tan apasionante, pero viendo los temas que se tocan y el respeto y la serenidad con la que se desarrolla me atrevo a entrar. Lo primero felicitaros por vuestra argumentación que aunque en algunos casos no comparto, admiro, y lo siguiente decirle a los extremistas que en los medios de comunicación catalanes y madrileños colaboran, que sin ellos y con colaboradores como vosotros en su lugar, ayudarían muchisimo a calmar los animos de este crispado estado.

Hay dos cosas que mueven el odio de la gente, una es un trapo de colorines, y la otra es una cruz o cualquier otro estandarte religioso. Y los dos son inventos del genero humano. A veces me pregunto como hemos llegado sin extinguirnos hasta estas alturas de la historia. En vez de dedicarnos a convivir en armonia, y disfrutar del planeta que tenemos, nos inventamos excusas para pelearnos , separar nuestras culturas y para someter al projimo.

Saludos revolucionarios.
Jaime

Fernando dijo...

Safe, con el permiso del autor de este blog del que soy asiduo lector, es un placer poder dejar mi opinión y leer la de otros. Creo que el hecho de que no compartas todos mis argumentos es muy bueno, ya que nos da la posibilidad de debatir y cuando esto se hace con tranquilidad se aprende mucho. Todos los días escucho en la radio, tv o leo en los periódicos proclamas de gente que tiene la solución de los problemas del mundo. Cuando no convencen lo achacan a la estupidez de la gente que les da la espalda como a Casandra. El problema es que, a veces, a alguno de estos "salvadores" les da la venada de arreglar el mundo por cojones y ya sabemos en qué suelen quedar estas cosas: estadios llenos pero no para ver el fútbol (aunque también se patean pelotas). Cualquier solución, en el campo que sea, suele requerir de diferentes estudios y puntos de vista; en el día a día pasa lo mismo, por tanto las diferencias son necesarias para llegar a soluciones equilibradas. Imposible crear una sociedad mejor dejando de lado a una parte de ella. Después de las elecciones, veo con cierta preocupación la tendencia al bipartidismo que se une a una crispación cada vez mayor. No puedo comprender que exista un partido al que le molesta tanto que se de "cristiana sepultura" a los restos de gente que actualmente están enterrados en cunetas como si fueran perros. No hablo de bandos, cada uno que entierre a los suyos. Lo que pasa es que los números son abrumadores y cuando el PP, que se dice o decía de centro, pone tantos peros a una labor tranquila y respetuosa como la de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica se está claramente identificando con un régimen que tuvo consecuencias absolutamente nefastas. Tampoco comprendo sus reticencias a un estado laico, ni a que ciudadanos "normales" disfruten de los mismos derechos que el resto (enamorarse, convivir con la persona a la que se ama,...).Estas posturas tan extremistas excluyen a gran parte de la sociedad, incluso a aquellos que teniendo ideas políticas cercanas a las suyas no comparten su autoritarismo. Sin embargo, compruebo que, a menudo, las diferencias que parecen insalvables en los políticos no lo son en la gente de la calle. Estoy de acuerdo con Safe en el peligro de las banderas y las religiones, pero también he conocido y conozco personas profundamente religiosas y, a la vez, absolutamente tolerantes que nunca han reprobado mis opiniones diferentes a las suyas (y tampoco he tenido que expresarme desde la "corrección política"). Así mismo, en los primeros momentos de nuestra transición hubo políticos de la Democracia Cristiana cuya labor fue encomiable. Creo que hay y, si no, debería haber sitio para todos, para hablar y escuchar y no dejar a los políticos que hagan nuestro trabajo: convivir.
Este blog me proporciona muy buenos momentos, este ratillo ha sido uno de ellos.
Un abrazo a los dos.

JOSE dijo...

Suscribo completamente todo lo que dices, Fernando. Yo también he conocido a gente muy religiosa y muy tolerante. Y al contrario, gente muy descreída y muy intolerante. La cuestión no es creer o no creer. La cuestión es ser persona. La cuestión es ser lo suficientemente inteligente para elegir una opción que sea, simplemente, respetuosa. Siempre que se habla de la libertad de opinión me asalta una duda: La libertad de opinión ¿debe ser completa? Me explico: Un partido como el nacionalsocialista alemán, como Democracia Nacional y todas esas mandangas ¿debe ser de libre elección por la gente? Me asalta esta duda porque, por un lado, pienso que la libertad debe ser todo lo amplia posible... y precisamente por eso me dá por pensar que no deberían existir (al menos legalmente) para que esos cerebros rapados que intentan machacar a gente porque sí (como te sucedió a tí, me alegro que se quedara en nada) no tengan ningún tipo de cobertura; que no deberían existir porque ellos sí que cohartan libertades; que no deberían existir porque ellos provocan sufrimiento... pero, entonces ¿dónde está la duda? Yo no quiero ser como ellos. Yo quiero permitirles que piensen lo que quieran. Como ya dije arriba, ya me pondré yo al otro lado. La cuestión es que se pudiera hablar con ellos. Pero no se puede. Leen libros de historia que no son historia ni son nada, que tergiversan la realidad como a ellos les interesa y niegan el holocausto (de Israel podemos hablar cuando quieras, Safe), que dan datos "científicos" e "históricos" que llevan a que esos "cenutrios" se crean lo que no es. Me gustaría que todos ellos vieran (y entendieran, cosa que dudo) "American History X". El debate interno al que se enfrenta el personaje principal es, francamente, lo que me gustaría que sucediese. Pero sus cerebros, el de la mayoría de ellos, jamás llegará a dar ni tan sólo un paso hacia ese fin. Lástima. En cuanto al PP, no te hagas mala sangre: Los que valen, los que respetan, están apartados por blandos. Los que machacan, crispan y montan jaleo, eso sí, esos arriba del todo. A ver si tienen suerte en el congreso de Junio y les sale una sorpresita porque igual ganamos todo (sinceramente lo dudo, si reniego de la clase política tan a menudo, te puedes imaginar de la derecha).
Por cierto, Fernando, si has notado cierta familiaridad mía hacia Safe, es normal, es mi hermano. Deja bastante bien reflejado, cuando escribe (que ahora no tiene tiempo, que anda "mú liao"), lo que piensa en el blog que empezamos los dos juntos (y que cada vez rellena más el solito) y del que tienes al lado el enlace ("NI UN PASO ATRÁS"). También comenzó a escribir una historia que puedes ver en el otro blog ("REVOLUCIÓN 1945") y que ¡A VER CUÁNDO COÑO CONTINÚA! Pinta bien, engancha. Y si tienes alguna duda sobre rock nacional de cualquier tipo (más duro, menos duro, más guarro, menos guarro, más vasco, menos vasco...) pregúntale, a veces dá mucho asco ver que parece saberlo todo (que igual te está engañando, pero lo dice tan seguro, que no tienes más remedio que creértelo).
Un saludo.

SAFE dijo...

Un saludo a los dos y gracias por recibirme tan bien en este debate. Cuando yo hablo del peligro de las religiones, no me refiero al peligro que representan los creyentes, sino al peligro que encarnan los mandatarios y las altas esferas de esas religiones. Para mi el parroco del barrio, es un trabajador social mas que hace una gran labor desde otro ambito. Ademas bajo mi punto de vista, su manera de actuar intentando facilitar la vida a los desheredados no se aleja mucho de la politica social de cualquier partido de izquierdas, pero el miedo que me da la religión es que cuando llegan los tiempos dificiles se posicionan al lado del poderoso e intentan manipular al pobre con la politica del miedo.

Jose, yo tambien tengo esa duda de ilegalizar o no a los facciosos, pero se me disipa cuando pienso en el gusto que me da pensar que podemos ser nosotros con nuestra voz y nuestros mensajes (en un sentido figurado) los que los podemos derrotar.

Una vez mas enhorabuena por la discusión, es apasionante.

Presupuesto militares para birras en los bares.
Jaime

Fernando dijo...

En este caso no hay mucho debate porque estoy de acuerdo contigo, Safe.Por cierto, estoy intrigado a ver cómo Rudolph y Herrmann salen de esa redada.No se empieza una cosa así y no se acaba, ¿eh?. Muy bueno.
Jose, gran película American History X. Respecto a la libertad de expresión creo que mientras el intolerante me insulte y no pase a la agresión física, estoy dispuesto a hacer oídos sordos. Pero defiendo y defenderé que a mí me dejen pensar como me de la gana y que lo diga. Desgraciadamente, el que no tiene razón suele recurrir a los puños.