Recurro a los tópicos siempre,
a generalizar la angustia
y ver normales mis miedos:
aquellos que mi alma siente.
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Y quieto me comen las moscas;
de quieto parece que Muerte
me haya agarrado el pescuezo
y me hunda en una fosa.
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Y entonces despierto agotado,
empapado y muy nervioso.
Son las cinco: somnoliento
¿Por qué despierto angustiado?
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Porque estoy hasta las narices
de seguir siendo un inútil
cuya vida es campo yermo
que obvia los días felices.
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