ni fuerzas, ni ganas, ni prisa,
refugiado en cortapisas,
yo, tonto, vivo sin miedo.
-
Sin el rubor de los necios,
vergüenza de almas más listas,
tumbado sobre una risa,
yo, tonto, vivo sin nervios.
-
Sin calor, como en el hielo,
sin puerta, ventana o cortina
meando en cualquier esquina,
yo, tonto, vivo sin cielo.
-
Y aún sin miedo, cielo o nervios,
aún con tanta tontería,
mirando en el alma mía
yo, tonto, vivo contento.
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