Resultón.
Ni guapo ni feo.
Ni listo ni lelo.
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Reventón.
Como un clavel tieso
clavado en un tiesto.
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Remendón.
Como aquel zapatero
con hilo y con cuero.
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Cabezón.
Por no dar, ni un pelo,
mi brazo a torcerlo.
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Besucón.
Como un pequeñuelo
agarrado a un pecho.
-
Un cabrón
si es que apenas huelo
que me alzas el vuelo.
-
Alegrón.
Es el que me llevo
cada vez que te veo.
2 comentarios:
Tus poemas no son basura, utilizan la basura del mundo para que crezcan rosas tan bellas como la que tienes en la cabecera y muestran un alma con rabia, con fuerza pero también con mucha sabiduría. Son directos, sin adornos. No los necesitan.
Gracias Fernando. Me he tomado la libertad de entrar en tu perfil y en tu blog. Me parece exquisito. Simple pero hipnótico (como el vídeo de los Chemical Brothers). He leído, quizás, quince veces el Haiku del tiempo (sabe Dios, si es que existe, por qué). Y he visto, para mi sorpresa, que has añadido un link a mi blog. Te lo agradezco profundamente. Pese a ello no quiero que pienses que pongo (porque, si puedo, ahora mismo lo pongo) el link al tuyo en este pequeño retazo de mala baba por simple agradecimiento. Ni mucho menos esto es así. No sé que tiene, pero me parece especial.
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