No sé. Igual soy un iluso.
Un irredento optimista con más miedo que vergüenza.
Un tonto, un idiota. Con demasiada paciencia.
Y lo uso, todo eso, para intentar aguantar.
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Quizás si. Quizás me puso
la vida el reto implacable de animarle la existencia
intentando no pensar en amarguras y penas
y rehúso la tristeza. Y sonrío sin parar.
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Que si, que es todo una mierda
pero ría o llore, lo va a ser igual.
Pues yo me río. Sin más.
* Nótese la bipolaridad del autor al escribir dos poemas ABSOLUTAMENTE ANTAGÓNICOS en tan sólo catorce días de diferencia (ver "MIÉRCOLES")
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