Sugiero sosiego y calma,
un respiro para el alma,
un susurro, un suspiro,
un buen momento de asueto,
un giro; y luego otro giro,
una pizca de respeto.
Y libertad. Y un retiro.
Y fuerza para dar palmas.
Y mucho más tiempo en la cama.
Lo sugiero. Es más, lo espero.
Más aún. Es un deseo.
Un silencioso grito.
Así es. Me desgañito.
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