Me quedo,
en este verano tan raro,
en este verano tan raro,
tan feo, tan lento, tan malo,
tan corto y tan largo,
tan sucio y extraño,
me quedo, repito,
con el bostezo de los edificios,
con el estribillo de tus labios
y con los lunes perezosos,
con las cervezas de pijo
y las noches en casa, contigo.
Y espero que llegue el siguiente
y acabe por fin este veinte.
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