En la absoluta obsesión del tiempo propio
obvio, sin quererlo, otros tiempos,
otros casos, otras cosas y momentos
y despisto al miedo haciendo acopio
de voluntad optimista como un templo,
e ignorancia insensata que implemento
en mi ya innata ineptitud, como es obvio.
-
Pero hay días que me asfixio y me agobio
al pensar en esos otros. Y voy y tiemblo.
Porque es miedo y urgencia lo que siento.
Y me insulto. Y merezco tanto oprobio.
Hoy es el día. Hoy es cuando por fin siembro.
Hoy es por fin el día en que lo enfrento.
Y me acojo a sus tiempos, como es obvio.
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