7/7/15

CICATRICES (22/02/13)

Cicatrices en la cara.
De haber vivido siendo un niño.
De hacer trastadas.
De triscar por el monte como una cabra.
Y dar volteretas en las vallas de la ciudad.
Y también, por qué no, de envejecer.
-
Cicatrices en las piernas.
De haber corrido por el campo.
De hacer burradas.
Del motocross sin moto por escombros.
Y de usar cuchillos sin tener edad.
Y también, por qué no, de envejecer.
-
Cicatrices en las manos.
De haber dado golpes sin sentido.
De exceso de ganas.
De una mala mezcla de camiones y anillos.
Y de fumar demasiado o incluso más.
Y también, por qué no, de envejecer.
-
Cicatrices en el pecho.
De rascar cuando no se debe.
De ponerme al sol.
De conducir en verano en coches viejos.
Y de quitarme algún lunar.
Y también, por qué no, de envejecer.
-
Cicatrices en el alma.
Esas, sólo, por quien falta.

CUALQUIER DÍA DE ESTOS (21/02/13)

Te lo juro.
Un día de estos empiezo.
Un día de estos vuelvo a escribir.
Mientras tanto
déjame acurrucado en la desidia,
amodorrado en su calor transparente
consecuencia del estrés post-traumático
al enterarme de que hay que trabajar
(malditos los siete enanos, por supuesto)
Pero te lo juro.
Un día de estos me pongo.
Un día de estos me salen dos líneas del tirón.
Y aún es más, tendré un boli cerca.

PRIVATIZACIONES (19/12/12)

La justicia es ciega y va desnuda
y su ministro es ahora proxeneta
pues habrá que pagar, como a una puta,
para poder sus servicios contratar.
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La enseñanza es una dama muy coqueta
y su ministro ahora es su marido
de los de antes, maltratador y sin paciencia,
que sólo la quiere para lucirla en sociedad.
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La sanidad es un niño agradecido
y su ministra es ahora su madrastra
como en los cuentos, mala sin sentido
que con recortes le quiere envenenar.
-
El gobierno es un animal que arrastra
su mala baba e ideología liberal
que con su ineptitud nos ahoga y nos lastra
mientras piensa en qué más privatizar.

EL FIN DEL MUNDO (II) (12/12/12)

Si el mundo se acaba en unos días.
Si el planeta, así de repente, termina,
que me pille abrazado a tu cuerpo
pensando en versos que se enganchen a tu alma.
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Si la humanidad, de golpe, finaliza.
Si desaparece de La Tierra la vida,
que me coja enredado en tu pelo
enseñando los dientes como única arma.
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Si al final todo eso era mentira.
Si se salva La Tierra de la ruina,
que nada me suelte de mi enredo
y me quede colgado de tus ramas.